viernes, 10 de marzo de 2017

EL BURRO AGONIZANTE

Alacrón, el de las fábulas, nos trae hoy una con ribetes de sentimental, pero que no deja de tener su moraleja:

Es un estanque tranquilo.
El sol desangrado tiñe
con la aguja de las horas
la superficie de níquel.
En sus orillas un burro
exánime se despide
del sol, del agua y del mundo
que le dio de palos. Libre
y agonizante, oye entonces
el noble canto de un cisne
con que el mundo es bendecido
dulcemente antes de irse.
En las ondas de cristal
reverbera el suave timbre
de su canto dedicado
a un rebuzno que se extingue.
Pero al mismo tiempo que oye
su preciosa voz de tiple,
ve en el cielo moribundo
negros círculos de buitres
que sobrevuelan su testa
con graznidos impasibles
y que esperan coronarlo
de su gula así que expire.
El burro, con sabia risa,
filosofó así en el límite
de su aliento: «Esto es morir:
dejar a unos pocos tristes
junto a ti, y en las afueras
a un puñado de felices».






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