martes, 9 de mayo de 2017

Amor, otra vez

¡Cuántos novios ateos han transigido por amor a sus novias en casarse ante Dios y en un altar! ¡Cuántos carnívoros se han hecho vegetarianos! ¡Cuántos viciosos de los videojuegos se han vuelto fanáticos de Dostoievski! Lo bueno es que, por encima de la traición a uno mismo, está el amor al otro. Así lo cree la ingenua Candidalgia en este alacrán:

Mira tú si te querré
con tan ciego fanatismo
que he perdido hasta la fe
que tenía en mi ateísmo.


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