viernes, 8 de julio de 2016

EL REJIÑOL Y EL CANARIO

Me gustan mucho los rejiñoles, en juguete y en palabra. Por eso, Chis ha escrito esta fabulilla, salga bien o mal:

Oyó el son extraordinario
de un rejiñol un rapaz
de Madrid. «¿Será capaz
de imitarlo mi canario?»,
rabinó. Vertió el acuario
por el pico al de verdad
e, hinchándolo sin maldad,
lo agarró y le sopló a ver…
¡Qué barbarie! ¡Lo que es ser
un paleto de ciudad!




9 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Campoamor dijo algo parecido, pero respecto a lo dispares que son los dos sexos:

      Al regresar del otero
      lleno de gozo y cariño
      les dio a una niña y a un niño
      dos pájaros un cabrero
      dándole un beso primero
      la niña al suyo soltó
      pero al pájaro que quedó
      no se le pudo soltar
      porque el niño por jugar
      el cuello le retorció.

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    2. Eso es más macabro todavía...jajajaja (podemos decir eso de...es cosa de niños).

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  2. ¿El artefacto supera al natural? Lo que es seguro es que da menos trabajo

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  3. Me compré uno... y ahí lo tengo muerto de risa porque no sé cómo se utiliza, jajaja.

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    1. Hay que llenarlos de agua. Si no, no suenan. La cantidad de agua hay que calibrarla conforme se va soplando hasta obtener un trino óptimo.

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