sábado, 9 de enero de 2016

Los camellos y las agujas

Alacrante nos ilustra sobre la dificultad inherente a ciertos oficios para optar a las glorias eternas:

Un precito protestó
al diablo en estas razones:
―¿Por qué en tu infierno me pones
si mi vida se centró
sólo en las buenas acciones?

―Es verdad ―dijo entre ardores
Lucifer―, y por tu ardid,
te nombré de mis doctores
el más sabio en los valores
de la Bolsa de Madrid.

6 comentarios:

  1. Que difícil es cumplir los designios del Señor....

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  2. Hay que ver que el demonio se agarra a cualquier "cosilla" para llevarte al hoyo ;o)

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  3. Respuestas
    1. Para bares y cenas, los que se legan casi todos los políticos a costa del erario público.

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