Epitafios de buenas intenciones

A sus epitafios de buenas intenciones añade Alacráneo este otro:

Bajo este pitillo usado

cuyo dueño en gloria esté,

yace un más que reiterado           

mañana lo dejaré.

Legal = ilegal

Viperio enumera aquí una serie de oficios, acciones y objetos cuyas finalidades coinciden exactamente, pero difieren en una cosa: que unas son legales, y las otras no. Creo que se lo ha currado:

Ilegal es a legal

lo que mafioso a castrense,

profanador a forense,

lo que es alijo a arsenal,

atraco a carga fiscal,

mendicancia a cuestación,

pedrada a demolición,

tiranía a mayoría,

homicidio a cirugía,

zulo a celda, y plagio a clon.

Los peligros del prestar

Ponzoñón nos advierte de los peligros que entraña prestar algo a un amigo, y de lo raudos que somos para prestar lo que no es nuestro:

El que presta los enseres

que un amigo le ha prestado

debería ser llamado

generoso por poderes.

Cazatalentos

Llevan unos años proliferando los programas cazatalentos, que quizá debieran llamarse zampailusos, por crear falsas expectativas de triunfo seguro a pobres infelices que, probablemente, no harán con sus cantos más que cosechar desencantos. Por Alacrante:

Ese solista vocal

escaló musicalmente,

es decir, que solamente

vio la escala musical.

Sellar una amistad

El lunes le ha sentado mal a Ponzoñón, que hoy se ha despertado de un escéptico y desencantado que tumba:

Lo que sella y perfecciona

una auténtica amistad 

no es la mutua afinidad,

es el odio a otra persona.

Cambio de hora

Ya que hoy cambian la hora, Filosón aprovecha para decirnos que, por más que trastornemos los relojes, el tiempo sigue siendo nuestro dueño, como dijo el filósofo del siguiente alacrán:

A un séneca Mariví

le preguntó: «¿Tiene hora?».

Y él repuso: «No, señora;

la hora me tiene a mí».

Heidi

Mitos caídos, por Ponzoñón:

«¡Huy, qué tiernito cordero!

―dijo Heidi en voz de pito―.

¿Se lo lleva, camarero?

Lo prefiero más hechito». 

Relativizar

Cierto que miente quien niegue que el dinero no importa. Pero Alacráneo nos demuestra que hay cosas más importantes:

Mientes, y nadie lo niega,

cuando afirmas que, en tu briega,

no llegas a fin de mes.

Ese muerto que allí ves,

ese sí que ya no llega.

Puerta entreabierta

Refiere aquí Ponzoñón una tentación a la que pocos resisten: 

No hay nada más tentador

que pasar junto a una puerta

de vecino que esté abierta

y atisbar en su interior.

Puntualidad

Una atinada reflexión de Viperio:

Si a quien tarde se presenta
se le llama impuntual,
el que en forma desatenta
llega antes de la cuenta,
¿se llama prepuntual?

Monarquía y república

Es muy frecuente apelar a los estipendios que genera la Familia Real española como argumento para deslegitimar la monarquía, como si en habiendo república fueran a desaparecer tales gastos; y lo que ocurriría es que, simplemente, cambiarían los destinatarios. Los mismos perros, con diferentes collares. Ponzoñón pone el dedo en la llaga:

La paradoja más pública

es que permita la ley

presidentes de república

viviendo a cuerpo de rey.

Lo más humano

Como complemento al de ayer, Filosón nos regala otro aguijón sobre la quintaesencia de la especie humana, aquello que nos diferencia del resto de mamíferos:

El secreto de lo humano:

tratar de ser sobrehumano.

Ser uno mismo

Sé tú mismo, proclama la sociedad a bombo y platillo, en una consigna manida que coloca el secreto de la realización personal en un acomodaticio dejarse llevar por lo que el cuerpo le pida a uno. Filosón nos propone otro emblema:

Fórmula del optimismo:

intentar no ser tú mismo.

Epitafios de buenas intenciones

¡A cuántos nos podrían colgar este epitafio en nuestro historial de buenas intenciones:

Yace bajo esta nevera,

seducida por el cebo

de la crema pastelera,             

esta frase tan sincera:

Es el último que pruebo.

Congresos curiosos

Como hay congresos de todo tipo, Chis da fe de una costumbre que impera en cierto género de congresistas:

En el congreso anual
de prostitutas hispanas,
por discreción general
no se nombra a cada cual        
y se tratan de fulanas.

Hombre al volante

¿Qué tendrán los automóviles que transforman a sus conductores? Dice Histeriador:

Si buscas con devoción
un fósil vivo y campante,
observa un hombre al volante
y verás un Cromañón.

Martes trece

Chis conjura el mal fario de este martes con un paradójico aguijón:

—¿Yo, supersticioso? ¿Yo?
¿Cómo puedes atreverte?
Yo no lo soy. —¿Por qué no?
—Porque trae muy mala suerte.

Día de la Hispanidad

Hoy, amén de la Virgen del Pilar, es el Día de la Hispanidad. Pero mi alacrán más perspicaz, Ponzoñón, se ha dado cuenta de que sentirse orgulloso de ser español está muy bien visto en todas partes menos en España. Televisión Española se ha atrevido a realizar un documental (o una serie de reportajes, no estoy seguro) que pretende ensalzar el orgullo patrio estudiando nuestros monumentos, nuestra historia, nuestro potencial turístico, nuestra industria, nuestro peso en el extranjero… Pero ¿cómo creen que lo han titulado? Spain in a day. ¡En inglés! ¿No es un contrasentido? Supongo que lo habrán hecho para no ser acusados de patrioteros o de fachas. ¡Si hasta a la selección española le han quitado el nombre, y ya no hay quien no la llame La Roja!

Por más que el facha se empeñe

en que no se ponga el sol,

el patriotismo español

se reduce a escribir eñe

y a marcar a Francia un gol.

Limpieza = suciedad

Chis nos ofrece una curiosa reflexión sobre la pulcritud:

Barrer la casa es igual
que ordenar el material
de un texto y su dispositio:
si uno atiende a lo esencial,
barrer es cambiar de sitio.

Los poetas y las flores

Viperio nos desvela en este alacrán la verdadera vocación de los poetas:

En todo poeta dado
a hablar de rosas, jazmines,
nardos, lirios y jardines,            
hay un florista frustrado.

Fábula macabra

Alacráneo nos pinta aquí una escena que se repetirá en el interior de muchos ataúdes venideros:

Sacó la azada del cieno

un ataúd hecho astillas

y se halló entre las costillas

silicona de relleno.

Viendo intacto cada seno

en su ser original,

dijo el hombre funeral

sosteniendo la linterna:

«¡Y dirán que no es eterna

la belleza corporal!». 

El poder de las palabras

El poder del lenguaje se extiende hasta límites insospechados. Dice Viperio:

¡Cómo cambia el estupor 

que experimenta una dama

si, al verla en ropa interior,

la lengua humana la llama

bikini o sujetador!

El progreso

Filosón habla de cómo consigue el hombre sacar su máximo partido a la naturaleza, o en otras palabras, mejorarla:

El progreso es apresar

la inmensa naturaleza,

comprimirla en una pieza

que la trata de imitar:

una cueva en un hogar,

un rayo en una bujía,

en una lámpara el día,

un río en la lavadora,

en los perfumes la flora,

la magia en la poesía.

Una mentira piadosa

Ponzoñón sugiere aquí un hábil subterfugio que nos saca de pequeños atolladeros:

¿Te cuento un típico embuste

que me suelen endilgar

para que no me disguste?

Ahora te iba a llamar.

Redondeles

Filosón resume en una redondilla el redondel de la vida:

Se anda para llegar,
y se llega para hacer,
se hace para comer,
y se come para andar.

Instintos

Histeriador se ha metido a filósofo y distingue entre instinto materno (ese que impulsa a las niñas a hacerle cuquimonas a un bebé mientras los niños pasan tres kilos y siguen pateando el balón) e instinto paterno, algo menos visceral, pero no menos auténtico:

El maternal, un instinto
que según algunos es
en el hombre bien distinto,
pues nace mucho después.

Pero es mentira. La esencia
de la vida es que el varón
ama por inteligencia,
la mujer por corazón.

Tocares

Histeriador hace un escueto comentario sobre el peso que para la mujer ocupan el sexo y el dinero (lo dice Histeriador, no yo):

Aunque sean tan reacias
a que las toque el varón,
las mujeres dan las gracias
cuando les toca el cupón.

Epitafios de buenas intenciones

Alacráneo nos ofrece su segunda entrega de epitafios de buenas intenciones:

Entre estos viejos pedazos
de sepultura se ve,
entre promesas y abrazos,            
un nunca lo olvidaré.

Libros y películas

Ponzoñón habla sobre ciertas comparaciones absurdas que están muy en boga:

De indignación siempre vibro
ante esta frase ridícula:
―Pues no, no he leído el libro,
pero he visto la película.