miércoles, 28 de octubre de 2015

Los peligros del prestar

Ponzoñón nos advierte de los peligros que entraña prestar algo a un amigo, y de lo raudos que somos para prestar lo que no es nuestro:

El que presta los enseres
que un amigo le ha prestado
debería ser llamado
generoso por poderes.



9 comentarios:

  1. Yo doy los buenos días y presto mis kilos de más, pero lo primero es aceptado y lo segundo rechazado...

    ResponderEliminar
  2. Si presta lo que un amigo le ha dejado es que ya lo considera suyo propio...¿Pero a que no presta el dinero que le ha dejado el amigo?

    ResponderEliminar
  3. Eso de prestar no es muy buena idea. Ya lo dice el refrán:"El que da lo que le va a ser menester,el demonio se ríe de él". Por desgracio he prestado varias cosas que nunca he vuelto a ver y que encima "me habían devuelto ya". Lo dicho,prestar no es buena idea.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jardel Poncela aconsejaba fervorosamente a sus lectores que prestasen su novela, porque estaba tan seguro de que no se la devolverían que el lector se vería en la necesidad de comprar otra, y así ad infinitum.

      Eliminar
  4. Lo de los libros prestados merece aguijón aparte...😕reconozco que tengo que devolver alguno.
    Y en cuánto a prestar lo que no es tuyo...ya se sabe fácil es disparar con pólvora ajena.

    ResponderEliminar
  5. Lo de los libros prestados merece aguijón aparte...😕reconozco que tengo que devolver alguno.
    Y en cuánto a prestar lo que no es tuyo...ya se sabe fácil es disparar con pólvora ajena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pese a mis porfías para que me los devolvieran, reconozco haber perdido entre la jungla de los préstamos dos libros muy queridos. Por eso, hace tiempo que no presto ningún libro. ¡Qué rácano soy!

      Eliminar