lunes, 11 de abril de 2016

Cambio de costumbres en las cigüeñas

Ponzoñón aprovecha la reciente llegada de la primavera para criticar las costumbres últimamente sedentarias de las antaño nómadas cigüeñas:

LAS CIGÜEÑAS 
Y EL VERTEDERO

Se aprestaba una bandada
de cigüeñas a emigrar
cuando, a mitad de jornada,
hallaron un muladar.
«Quedémonos aquí abajo.
Con esta pensión completa,
no habrá que buscarse el tajo
cruzando medio planeta».
Y se quedaron no un día,
sino hasta diez estaciones,
dando lugar a la cría 
de otras diez generaciones.
Un día, el ayuntamiento
de aquella ciudad dispuso
cambiar el emplazamiento
del vertedero en desuso.
Y soterrando entre peñas
y pinares la basura,
privaron a las cigüeñas
de su comida segura.
Viéndose sin pan ni vino
y casi en pleno verano,
emprendieron el camino
de vuelta a suelo africano.
Como ya se habían muerto
las que sabían llegar,
nunca llegaron a puerto 
y se ahogaron en el mar.
Cuando el progreso te tala
las raíces, no podrás
ni echar adelante el ala

ni echar el ala hacia atrás.

4 comentarios:

  1. ¡Las pobreticas, en qué situación de necesidad y desamparo se hallan!

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    1. ¡Con lo dignas que parecían antes de que se aficionaran a los vertederos!

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  2. Y no sólo hablamos de cigüeñas, también de patos, gansos, cisnes, mirlos, alondras, zorzales y cualquier ave migratoria que encuentre un vertedero.

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    1. ¡Cosas de la vida! Si son animales los que habitan un vertedero, viven a cuerpo de rey; si hombres, son unos desgraciados.

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