Alacrante echa de ver que, en ciertos ámbitos artísticos, no triunfa el que mejor lo hace, sino el que más llama la atención. Prueba de ello es la música, donde si una es mujer, no debe limitarse a cantar bien (incluso puede pasar sin ello), sino a lucir cuerpo y sentar escuela de contoneos:
Hoy el método fetén
que en la música se explota
si se aspira al cien por cien,
no consiste en cantar bien,
sino sólo en dar la nota.
Todo esto comenzó con Sabrina y su boys boys boys...jajaja
ResponderEliminarY también sus boing, boing, boing.
Eliminar¡Y encima cantan en diferido!
ResponderEliminarVamos, que lo más importante no son sus canciones.
EliminarVaya,que lo de menos es cómo canta o si escribe o no sus propias letras. Lo verdaderamente importante es que tengas un cuerpo de infarto y que parezca que estás ardiendo dd pasión. Triste imagen y flaco favor a la igualdad entre hombres y mujeres
ResponderEliminarY la modernidad no hace sino ensanchar la grieta de la desigualdad: puede haber cantantes feos (verbigracia, Manolo García, Pedro Guerra, Fito), pero no feas.
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