El otro día me sorprendió el anuncio de un juguete, en este alud de publicidad pre-navideña que comenzó a infestarnos después de Todos los Santos. Bueno, me sorprendió y no me sorprendió. No sé qué marca publicitada unos simpáticos perritos zombis que, al ser accionados, vomitaban una sustancia verde y asquerosa por sus lindas bocas. ¡Qué siniestro entretenimiento para esos niños que aún recuerdan en su aroma el olor de la leche materna! ¡Qué mundo, Facundo! Alacráneo, como el más afectado, ha escrito lo siguiente:
Cuando la industria de hoy saca
para los niños de aquí
muñecas que hacen pipí
y perros que se hacen caca,
y se vende a los chavales
zombis que el hipo nos quitan
con mascotas que vomitan
sus jugos estomacales,
pienso ante tantos retretes
que este mundo putrefacto
es de modo muy exacto
reflejo de sus juguetes.
Antes también escandalizaríamos a nuestros mayores con el blandiblú, ese mosco verde, pegajoso y repugnante y que tanto nos gustaba...jejeje.
ResponderEliminarSí, para los nenes destinan lindezas de ese jaez.
EliminarLa verdad es que cuando vi el anuncio de las mascotas zombis me pareció asqueroso y triste:asqueroso porque ver a cualquier ser vivo vomitando es asqueroso,y triste porque me apena pensar que semejante esperpento sea lo que se venda como algo chulo. Supongo que los inventores de semejante guarrada disfrutarán mucho cuando vomitan.
ResponderEliminarEso mismo digo yo: vender un muñeco feo y sufriente parece cosa de enfermos mentales.
Eliminar