Alacrón mete hoy la pinza para glosar el viejo tópico de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio:
¿Fulano? Demasiado introvertido.
¿Mengano? Un plasta que habla por los codos.
¿Perengano? El mayor de los beodos.
¿Zutano? Ese no bebe: es un cohibido.
¿El alto? Un calavera, un mal marido.
¿El bajo? Un calzonazos con apodos.
¿El gordo? Tan zoquete como todos.
¿El flaco? ¡Se lo tiene más creído…!
¿Quién hay, Señor del Cielo, que se libre
de vicio, tacha, mácula o defecto,
sean de mayor o de menor calibre?
No encuentro un temple totalmente recto
ni existe amigo de lunares libre,
ninguno, salvo yo, que soy perfecto.
Lo peor de todo es que, acaba2 los insultos y cuando ya no quedan más argumentos para denigrar, la guinda es zanjar diciendo que menganita es puta y menganito maricón. Hala.
ResponderEliminarLos argumentos ad hominem son siempre la mar de socorridos.
EliminarEsto es deporte nacional en los pueblos.
ResponderEliminarY en los trabajos.
EliminarLa verdad es que todos tenemos defectos. El problema es que hay especialistas en sacarlos a la luz. Y digo yo,¿no será porque en el fondo los conocen muy bien porque también les son propios?
ResponderEliminarEso es verdad. Dándole la vuelta al refrán, dime qué criticas y te diré de lo que adoleces.
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