Un puñado montañés
de españoles muy patriotas
te parió entre chirigotas
y bombazos del francés.
Y el pueblo, al ver en qué mes,
gritó al cielo, que se sepa,
¡Viva la Pepa!
Después de constituida
y el texto ya estatuido,
quiso el rey restituido
dejarte sustituida,
cuando no prostituida
por un pueblo que ahora grita
¡Viva la Rita!
Tras violarte España entera,
pariste varios montones
de lindas constituciones
de existencia pasajera.
Y lo que Pepa ayer fuera
fue sin fiesta ni alharaca
¡Viva la Paca!
Pese a tal fecundidad,
ni una hija te duraba,
que el país la ejecutaba
casi en plena mocedad.
Y el pueblo, en tal mortandad,
te bautizó a la española:
¡Viva la Lola!
Cada una fe delante
de tu ilustre parentela
con toisón o escarapela,
según fuese el gobernante.
Y en el misterio reinante,
todos gritan alto y claro:
¡Viva la Charo!
¡Oh actual Constitución,
si hoy te respeta la gente,
es a causa de ese puente
que formas con Concepción!
Y por eso la nación
proclama alegre y rechoncha:
¡Viva la Concha!
Doscientas lunas de miel
cumples tuerta, coja y manca,
que en ti halló su lengua franca
nuestra torre de Babel.
Y que grite todo aquel
español de pura cepa
¡Viva la Pepa!