Una de las paradojas de ser padres es la alegría que supone ver crecer a los hijos, que se contrapone a la tristeza de verlos crecer tan rápido, y que cada año, cada mes que pasa, al mismo tiempo que los convierte en personas de pro, deroga etapas de su niñez y confirma nuestro raudo pasar. Este no querer perder a los niños que pervivirán siempre dentro de nuestros hijos reluce entrañablemente en este poema de Julia Bellido. Pertenece a su libro Mujer bajo la lluvia (Colección DKV de Poesía, 2014)
HANSEL Y GRETEL
Vais dejando miguitas
de pan por la escalera.
Miráis de vez en cuando hacia la entrada
comprobando el efecto de la siembra,
sorprendidos
de que esta vez
os mire divertida y no os regañe.
Yo mientras tanto
hago pasteles,
y preparo con peras que han sobrado
una buena compota.
La casa huele a clavo y a naranjas.
¿Perderéis algún día el camino de vuelta?
Un poema precioso.
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