Ponzoñón es el más urbano de todos mis alacranes. El otro día fui al campo y saqué del terrario a mis alacranes. Al principio, salieron muy contentos a ver mundo, pero fue dar un par de pasos y empezar a vacilar, a retraerse y a volver a su dulce prisión. El más escarmentado fue Ponzoñón, que dedicó este aguijón a su excursioncilla campestre:
¡Qué bello es ir por lo alto
de un monte, entre flores, brezos,
aves, riscos y cabezos...
siempre y cuando exista asfalto
por el que andar sin tropiezos!
¡Totalmente de acuerdo! Se está muy bien en el campo...en una casita con agua corriente,electricidad,calefacción,cómodas camas,¡ah!¡y wifi! Ajajajaja
ResponderEliminarEres de la especie homo urbanus urbanissimus.
EliminarCuando éramos jóvenes nos gustaba lo campestre y asalvajado y cuanto más mejor. Ahora que ya tenemos una edad nos gusta la comodidad y el pisar firme. Pero miramos con anhelo aquellos tiempos pasados.
ResponderEliminarY sobre gustos, ya se sabe. Hay quienes disfrutan escalando los ocho mil en neveros eternos.
EliminarDonde se ponga un buen campo sin gente ni coches, que se quiten las ciudades.
ResponderEliminarComo la paz y el sosiego del campo, nada. Pero casi nadie tiene valor para cumplir a rajatabla lo del beatus ille.
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