Tras semanas de silencio, hoy vuelve Alacrón con un soneto en parte filosófico, en parte lingüístico:
LAS EDADES DEL HOMBRE RESUMIDAS EN TRES SUFIJOS
En esos años dulces, lisonjeros
de nuestra juventud, somos llamados
incautos quinceañeros alocados,
veinteañeros y luego treintañeros.
Mas ¡ay!, que superados los cuarenta,
de pronto nos volvemos cuarentones,
cincuentones e incluso setentones,
y el hecho de cumplirlos ya es afrenta.
Y a quien supera con holgura el reto
de esa crítica edad, el diccionario
lo llama octogenario con respeto
y lo bendecirá nonagenario.
Y quien se atreva a más, ese sujeto
no cumple, conmemora el centenario.
Estupendo soneto con el que nos deleitas hoy, el cual dice verdades como puños.Ojalá lleguemos a la conmemoración del centenario.
ResponderEliminarOjalá lleguemos por lo menos a tercer sufijo.
EliminarTambién hay niños sabiondos, viejos verdes, hombres maduros, abuelitas quinceañeras y momias...
ResponderEliminarSí, y todos querrían llevar un -ero de sufijo, aunque merezcan un -ón.
EliminarMuy bien observado lo de los sufijos,la verdad. Y muy triste observar que a mi edad le toca el peor sufijo,buaaaa. En fin,espero llegar a poder "ostentar" el sufijo más respetuoso,será buena seña
ResponderEliminarEl peor sufijo es el que llevamos colgado la mayoría. ¿Te consuela?
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