Igual que Lope compuso su famoso soneto sonetil, al bueno de Alacrón se le ha ocurrido componer esta especie de terceto tercetil con moraleja fabulera, que no fabulosa:
A una hoja en blanco cual la sal sujeto,
lloraba encadenado su cadena
el once triplicado de un terceto.
La tinta, prolongando la cadena,
puso un terceto más junto al primero
a fin de que arrostrasen la atroz trena.
A ambos tercetos amarré un tercero
que se sumó a la esclavitud horrenda
cantando entre los tres el Va, pensiero.
El negro trío, so mi férrea rienda,
fue incrementado con un cuarto cuervo
que discurrió la inspiración de menda.
Y aún traje al folio ex-blanco un quinto siervo
que, unido al super flumina de marras,
hizo su trago aún menos acerbo.
La sexta estrofa que cayó en mis garras,
más que un terceto encadenado al gueto,
halló un alegre corro de chicharras.
El súmum fue cuando escribí el cuarteto
final, e hice creer a los machuchos
que eran tan libres como el viento inquieto,
que tanto nos consuela el mal de muchos.
Muy bien llevado este terceto tercetil.
ResponderEliminarCon cadenas siempre es fácil llevar lo que sea.
EliminarLas cadenas de palabras son mejores que las de hierro, dónde va a parar.
ResponderEliminarY son más fáciles de hacer.
Eliminares eenserio eres escritor me encanta lo que haces yo de grande quiero ser escritora daniel
ResponderEliminarMe alegra muchísimo que desees serlo. Para ser escritora solo tienes que querer. Y se puede ser escritora desde pequeña: yo escribí mi primer poema con nueve años.
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