Alacrante, el alacrán más dado a emponzoñar oficios, nos ofrece en este aguijón (recogido de mi novela Videojugarse la vida) lo que él llama un enigma. ¿A qué se dedica el currante de los siguientes ocho versos?
Los hay que no pintan nada
o que se las pintan solos
para que todo les venga
que ni pintado y a tono.
Mas yo, con mi mala pinta,
cuando tal vez los negocios
pintan bastos, me sitúo
entre Pinto y Valdemoro.
Pues un enigma. Sí señor.
ResponderEliminarBueno, son pintores. Es muy malo.
EliminarPues tomémonos una pinta, hala.
ResponderEliminarAsí pinta bien la cosa, sí.
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