Me encanta escribir, me fascina escribir, me mantiene vivo escribir. Poesía, teatro, novela… lo que sea, aunque mi aliento, mi oro, mi edén sea la poesía. Cuando escribo un poemario o redacto una novela, disfruto. Pero hay un momento en que la novela, de tan madura y casi acabada, empieza ya a incomodar, a quemar en las manos, y uno desea respirar el aire nuevo de un proyecto distinto: un nuevo relato, escribir poesía, tantear teatro.
Comencé mi Almanaque de alacranes hace tres años, y desde él he propinado casi un millar de picotazos a los lectores que lealmente os habéis enganchado al veneno de escorpión. Mi Almanaque está a punto de caer del árbol: llegó a sazón hace tiempo y ya no hay rama que lo sostenga. Debo dejarlo caer en tierra y que ande su camino como obra completa y cabal. Ningún escritor soportaría la idea de una novela infinita; y si lo hay, no soy de su grupo.
Así que empiezo la gozosa y triste cuenta atrás, que acabará en veintiún días con la cifra de Scherezade. Filosón melancoliza:
Las plantas quieren moverse,
los peces quieren andar,
los cuadrúpedos erguirse
y el ser humano volar.
Todos queremos lo que no tenemos. Si nos resignáramos siempre, quizás no avanzaríamos.
ResponderEliminarSerá una pena no encontrar tus picotazos pero hay que aceptar tu decisión, muy comprensible, por otro lado.
Salu2.
Y a ti te agradezco, Diego, tu escrupulosa fidelidad y tu infatigable comentar, siempre oportuno, siempre ocurrente. Un abrazo.
EliminarContigo hasta el final
ResponderEliminarAb ovo usque ad mala.
EliminarSentiré no desayunar con tu alacrán, Daniel.
ResponderEliminarGracias por compartir tus reflexiones (y mucho más)estos tres años.
Tenemos veintiún días para hacernos a la idea...
No es saludable desayunarse con venenos, aunque para mí ha sido la mar de saludable tenerte como lectora (me hiciste pensar que mis fábulas no eran tan malas).
EliminarSoy de tu opinión: todo tiene un principio y, como tal, debe tener un fin. Saludos.
ResponderEliminarBien empieza lo que bien acaba. Los alacranes perderán su toxicidad y se metamorfosearán en lirismo, con el triunfo de Candidalgia.
EliminarMe faltará algo cada mañana, pero entiendo esta decisión. Gracias por todos estos buenos momentos que nos has dado.
ResponderEliminarGracias a ti por los buenos momentos que me has dado sabiéndote al otro lado de mis pamplinas.
EliminarPERILLANES
ResponderEliminar(A Daniel Cotta Lobato con mi admiración )
Echaré mucho en falta tu terrario.
Tus aguijones sabios. tus "danieles".
Las reflexiones cultas de tus hieles.
Tus ingeniosas rimas. Tu diario.
También echaré en falta tu glosario.
El lirismo sedante de tus geles.
Desayunar sonetos de claveles.
Investigar los "qué" del diccionario.
No se si morirán tus alacranes
o será su letargo de arrebato.
Yo colijo, que de estos perillanes,
no me voy a olvidar durante un rato.
Criaturas del verso y edecanes
del poeta: Daniel Cotta Lobato.
E. O. C.
Me falta capacidad lírica para expresarte la emoción y el agradecimiento que me ha inspirado tu soneto. ¡Qué buenos ratos me hiciste pasar con tus comentarios versificados y con tu buen construido libro de poemas! Un abrazo, Emilio. Los poetas pasan; la poesía permanece.
EliminarUn abrazo. Amigo.
Eliminaraprendí mucho leyéndote. Gracias.