Candidalgia abre el cofrecito de las pequeñas cosas de la vida:
—Somos aquellos ojos que te vieron
desde la ventanilla semiahumada
de un autobús y, sin decirnos nada,
tus ojos y los míos coincidieron
¿cuánto? una décima fugaz y alada,
la justa sin embargo
que el chófer invirtió en pasar de largo.
Y luego te quedas un ratito pensando en esa persona con la que cruzaste la mirada. No falla.
ResponderEliminarA todos nos conecta la hermandad de especie.
EliminarHay miradas que dejan huella.
ResponderEliminarComo las alpargatas y las colonias de hombre.
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