Alacrante se explaya en un último repaso a diversos estratos profesionales:
Si algún código penal
permitiese hablar sin cuota,
le diría a más de un nota
que lo suyo no es normal.
A ese rey de la canción
(o más bien del decibelio),
más creído que evangelio,
más subido que inflación,
si me ofreciera ocasión
le diría sin bozal
que lo suyo no es normal.
Al gurmet de restaurantes
le gritaría en su cara
que escuchara que es cuchara
y no pluma de Cervantes,
ni nos venda por entrantes
lo que entra hasta en un dedal,
que lo suyo no es normal.
Al periodista de fuste
que se cree canciller
le haría no entretejer
la verdad con el embuste,
y le guste o no le guste,
que aprendiera a ser plural,
que lo suyo no es normal.
Al escultor que es un astro
pero no tiene taller
y lo que hace es exponer
como obra de arte un camastro
que ayer adquirió en el rastro,
le soltaría tal cual
que lo suyo no es normal.
Al modisto con poderes
de mudar modas de un día
según quiera, le diría
que le eche un par de alfileres
y haga ropa a las mujeres,
no a rectángulos sin sal,
que lo suyo no es normal.
A la modelo que anhela
que un modistillo de ésos
le amortaje bien los huesos
que ella expone en pasarela,
le bordaría en la tela
sin ponerle epidural
que lo suyo no es normal.
Un repaso muy bien llevado. Y todavía quedan muchas profesiones a las que tiene que picar Alacrante. Como siempre sublime.
ResponderEliminarGracias, José, aunque debería empezar por la mía.
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