La cuarta vela de Adviento. ¡Casi está aquí la Navidad!
Esta vela es ya la última.
Tú, Señor, vendrás ya mismo,
llenarás de luz la tierra,
pondrás tu nombre a los siglos.
Ya suena Belén a glorias,
ya huele el pesebre a lirios.
¡Qué de alas en el Cielo!
¡Qué cerquita está ya el Niño!
Por allí va San José
tirando de su borrico,
y a la grupa va María
embarazada de Cristo.
Si no le encuentran posada,
aquí está el corazón mío
y el de toda la familia
para ofreceros cobijo.
Quédate siempre aquí dentro,
que sin Ti tenemos frío,
y convierte nuestras almas
en el Belén más bonito,
en la cunita más blanda,
en el pesebre más limpio,
y que siempre, siempre, siempre,
Señor, estemos contigo.