Durante el verano más caluroso del último medio siglo, a muchos se les habrá pasado por la cabeza la idea del calentamiento global. A mis escorpiones también, y Alacrón ha formulado su preocupación de la siguiente manera:
Con un calentamiento empieza todo,
la vida, el ser, y cuanto más te alejas
del núcleo, vas quemándote las cejas
para no tropezar y hundirte en lodo.
Caminas hacia el fin como un beodo,
y sordo a tus protestas y a tus quejas,
el mundo te calienta las orejas
con tal que vivas de este o de aquel modo.
La muerte te cocina a fuego lento
y te adereza sibilinamente.
Acabarás quemado, pero atento:
la tierra te dará, al hincarte el diente,
tu primer y tu último enfriamiento.
Moraleja: es mejor estar caliente.