«Si nos atreviéramos a mirarnos tal como somos, saldríamos huyendo de nosotros mismos». Es una sentencia de Filosón, siempre tan optimista con la especie humana:
No hay nadie en el mundo, creo,
tan libre de tentación
que, al menos con el deseo,
no se merezca ser reo
de presidio o paredón.
¡Cuánta Razón! ¡Qué Dios nos libre! y pienso que... demasiadas pocas cosas pasan
ResponderEliminarMenos mal que la mayoría tenemos la rienda a nuestra imaginación, Ana.
Eliminar¡Menos mal que nadie puede leer, todavía, nuestros pensamientos!
ResponderEliminarSalu2.
Y espero, Diego, que nunca llegue a inventarse una máquina así.
EliminarQuien esté libre de pecado que tire la primera piedra....ahí lo dejo....
ResponderEliminarPues tú y yo, José, ya hemos tirado una, aunque haya sido contra nuestro propio tejado.
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