Alacrante dedica este aguijón a esos bipolares profesionales llamados actores, tanto a aquellos que ejercen profesionalmente como a los que sienten la vocación secreta e irrefrenable de lo cómico (verbigracia, el pequeño Nicolás):
Todo falso empedernido
es un buen actor frustrado,
y todo actor, bien mirado,
es un falso redimido.
Todos criticamos al pequeño Nicolás, pero en el fondo admiramos su habilidad para confundir a los profesionales de la seguridad del estado y de altos cargos. Ese sí que sería un buen actor metido en su papel...
ResponderEliminarAhora le toca escribir sus memorias, hacer una gira por diferentes cadenas, vender sus derechos para una película y forrarse.
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