Decían los bizarros españoles de nuestros Siglos de Oro para defender su postura: «Juro por quien soy». Y se le creía. Hoy la cosa ha cambiado, de ahí el lamento de de Alacrónico:
¿Dónde va la Humanidad
que, en esta era macabra,
da más fe que a la palabra
a un carné de identidad?
Y a unos billetitos de colores llamado don dinero. A eso sí que se le da fe.
ResponderEliminarA ese se le da la fe y aun el alma.
EliminarSin carné ni existe,no puedes estudiar,casarte,reconocer a tus hijos,... ¡Ni enterrarte! Eso de darle poco valor a la palabra de uno es culpa de lo poco de fiar que somos los humanos,cada vez menos de fiar,por desgracia
ResponderEliminarSomos, por ende, un carné de identidad del que depende un cuerpo con un papel secundario.
EliminarY el documeno de "fe de vida" todavía es más surrealista.
ResponderEliminarCierto. Hay gente que, por ejemplo, cree que Paul McCartney está muerto por más que el pobre hombre (lo de pobre es un decir) insista en negarlo.
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