Chis el chistoso intenta demostrar que las reglas admiten excepciones:
Participó en un certamen
de chistes un campeón
del mal gusto y el descaro.
Poniendo el mayor tesón
en contar los más estúpidos,
hartó hasta al más santo Job
de los Jobes del concurso,
que lo descalificó
alegando el humor malo
que gastaba. El fanfarrón,
sin embargo, contó al tiempo
de salir que su expulsión
se debía a que los jueces,
según propia confesión,
le habían negado el premio
alegando el malhumor
que gastaban. Nadie pudo
rebatir su acusación,
y hubieron de darle un último
premio de consolación.
En contra de la aritmética,
se sabe que es la mejor
propiedad conmutativa
la que sirve de excepción.
Pues yo soy más de la asociativa.
ResponderEliminarY alguno lo será de la distributiva.
EliminarYo siempre me hago un lío con las matemáticas...bueno, y con las letras también. Saludos.
ResponderEliminarEs decir, que te gustan tanto las letras como las ciencias.
EliminarSeguro que sale por la tele y se forra.
ResponderEliminarEn la tele triunfa cualquier chabacanería.
EliminarPues menudo morro tenía el tipo,vaya. Eso se llema tergiversar las cosas,y tratándose de las mayemáticas es ¡imperdonable!
ResponderEliminarYo, que soy de letras, tiendo a perdonar esos errores deliberados de cálculo.
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