Tras pasar unos días en mi ciudad natal, Candidalgia realiza una reflexión sobre la fortuna que ha acompañado a esta ciudad del sur desde que los fenicios pusieron pie en sus arenas vírgenes hasta la espectacular (y a veces dolorosa) eclosión de los últimos cien años:
Aunque Málaga da al mar,
es el mar el que da a Málaga,
y es la ciudad quien le quita
lo que el mar lleva en sus aguas.
Somos muy desagradecidos...Saludos
ResponderEliminarSi no, no seríamos humanos.
ResponderEliminarMálaga la bella....que bonita que eres.
ResponderEliminarAlgo especial tendrá para ser tan querida.
EliminarMejor ir de Málaga al mar que no de Málaga a Malagón.
ResponderEliminarCon perdón de los malagoneros.
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