Conscientes de la necesidad de dar ideas para un regalo (una tribulación comparable a la de gastarse el dinero en ellos), los alacranes de mi terrario os harán sus sugerencias, cada uno a la medida de su carácter y sus intereses. Alacráneo nos propone un reloj, pero no el que aparece en el móvil, qué va, ni uno de pared ni de pulsera: uno de arena. ¡Este Alacráneo!
Ya no hay relojes de arena.
La mecánica nos mide
para que el hombre así olvide
su irrevocable condena.
Los relega con despecho,
pues ningún reloj de cuerda
o de pilas le recuerda
el polvo de que está hecho.
Polvo eres y en polvo te convertirás...
ResponderEliminarEs la cruda y arenosa realidad.
EliminarMaldito tiempo, que siempre pasa y pasa.
ResponderEliminarY que siga pasando para nosotros, que el día que no pase...
EliminarMe encantan los relojes de arena,me hipnotizan; claro que no creo que sea eso lo que debe hacer un reloj,¿verdad?
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