Como profesor, observo con curiosidad los comportamientos de los alumnos. Uno que me ha llamado la atención es el que se vuelve un consumado hacedor de chuletas. Alacrante, atento siempre a complacer a su dueño, ha escrito este alacrán:
El alumno jugarretas
que busca aprobar con tretas
tarda más, en mi dictamen,
en hacerse las chuletas
que en estudiar el examen.
¡Y la pérdida visual que supone leer algo tan mínimo!
ResponderEliminar(En cierta ocasión, mi hijo mediano, que había oído campanas, me preguntó qué era "hacer jamones". Me llevó un buen rato pensar en que se refería a las "chuletas").
Y quizás tuviera razón en lo de llamarlos jamones, pues una buena chuleta necesita un largo tiempo de curación.
EliminarYo jamás he podido hacer chuletas....Me pondría tan nervioso que me pillarían seguro...Además con mi deficiencia visual me las tendría que pegar tanto a los ojos que me descubrirían con total seguridad...jejeje.
ResponderEliminarA mí, de solo pensar en la humillación y la vergüenza y el rapapolvo público que me hubieran caído, jamás se me ocurrió hacerme ninguna.
EliminarPara hacer unas buenas chuletas hay que tener una vista y un pulso envidiables,y para usarlas hay que tener muy poca vergüenza y una cara dura impresionante
ResponderEliminarEn resumen, una vista muy fina y una cara muy dura.
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