Son los momentos de mayor desprestigio de la carrera política, una dedicación que los romanos llamaban cursus honorum y hoy se llama cursus deshonorum. Alacrante lo sabe muy bien:
―Si me permites ser crítico,
tu amigo, en sentir de todos,
lía y miente por los codos.
―¿Y qué quieres, si es político?
¡Malditos sean!
ResponderEliminar¿Quién nos librará de esta plaga?
EliminarNo se pueden eliminar....Son como las cucarachas.....
ResponderEliminarNacen, crecen, se reproducen...
EliminarMe da pena,porque en muchos pequeños pueblos son los alcaldes los 1º q salen a ayudar a sus vecinos si les pasa algo. No sé en qué momento dejan de ser personas decentes,la verdad.
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