miércoles, 28 de enero de 2015

El silencio de los sabios

Siempre han dicho que el mucho hablar va en proporción inversa a la sesera, y viceversa. Ponzoñón se pregunta por la verdad de ese mito:

El que no abre nunca el labio
para hablar ante la gente,
¿es que calla por muy sabio
o por poco inteligente?


7 comentarios:

  1. Quien mucho habla mucho hierra...

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    1. Y quien mucho calla, mucho esconde.

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    2. No necesariamente. Disiento.
      A veces calla uno porque no tiene los conocimientos necesarios para sostener una dialéctica (el sabio), a veces porque no le interesan los asuntos que se tratan (una conversación sobre lo que ha puteado o dejado de putear el maromo de turno del programa de turno). A veces porque la gente se dedica a gritar y uno no tiene ganas de meterse en una jaula de grillos.

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    3. Tiene razón, Diego. Hay muchos motivos para el silencio, pero una cosa es cierta: se aprende más escuchando que hablando.

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  2. Pues yo digo que si todo el mundo callara por inteligente,¿cómo podríamos aprender de ellos? Evidentemente soy del grupo charlatán,y piebso que la conversación enriquece a los que la mantienen,el silencio aburre a las ovejas. En mi modesta y cotorra opinión,claro. Jijiji

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