Candidalgia irrumpe hoy con un aguijón dedicado a aquellos poetas (o músicos o pintores o...) que, pese a que sus altos sueños se vean incumplidos, no abandonan jamás el amor al arte:
―¿A cuánto pagan el verso?
―pregunté entrando en el mundo.
―A decepción por segundo
―me replicó el universo―.
―Pues ea, firmo y me hundo.
El poeta...ese gran incomprendido....
ResponderEliminarEn este mundo hay más incomprendidos que comprendidos.
Eliminar¡Qué dolor!¿A cuánto pagan el verso? Ya mismo no sólo no pagan por él sino que capaz es que te cobren ¡Snif!
ResponderEliminarAsí de cruda es la verdad.
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