Llevo demasiado tiempo aguantando sin traer a mi voz uno de mis poetas supremos, uno de los máximos de este mundo: Lope de Vega. Para él, escribir y sentir fueron una misma cosa, como lo refleja en este precioso soneto:
Quiero escribir, y el llanto no me deja,
pruebo a llorar, y no descanso tanto,
vuelvo a tomar la pluma, y vuelve el llanto,
todo me impide el bien, todo me aqueja.
Si el llanto dura, el alma se me queja,
si el escribir, mis ojos, y si en tanto
por muerte o por consuelo me levanto,
de entrambos la esperanza se me aleja.
Ve blanco al fin, papel, y a quien penetra
el centro deste pecho que me enciende
le di (si en tanto bien pudieres verte),
que haga de mis lágrimas la letra,
pues ya que no lo siente, bien entiende,
que cuanto escribo y lloro, todo es muerte.
Desde que te sigo, estoy leyendo más poesía que nunca. Gracias.
ResponderEliminar¿Sabes que esa es una de las cosas más bonitas y gratificantes que me han dicho desde que empecé con esta bitácora? El amor a la poesía es lo que la impulsa, aunque casi siempre sea con una mueca amable. Si quieres, puedes darme tus señas y te envío el libro de poemas que publiqué hace unos meses.
EliminarPor cierto, mi correo es gorlidriam@gmail.com.
EliminarMuy triste debía estar el poeta.
ResponderEliminarUna tristeza inmortalizada en verso.
EliminarVersos muy bellos y con mucho sentimiento.
ResponderEliminarComo que son de Lope, y Lope equivale a valía.
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