De Domingo Rodríguez Bernal, roteño de pro y bebedor de ponzoñas alacraneras, me llega esta anécdota verídica que, aún vivos en nuestros oídos los recientes sones semanasanteros, ha vertido Alacrón en el versátil molde de los versos:
Vino un negro de Dakota
en Semana Santa a Rota
(que esta ciudad gaditana
tiene base americana,
y el sujeto de mi cuento
estaba allí de sargento).
Maravillado y perplejo,
miraba el magno cortejo
de cornetas y tambores
cuando vio los resplandores
que emitían por lo menos
cuatrocientos nazarenos.
Yo no sé qué sudor frío
le subió en escalofrío
desde los pies al cogote
al ver tanto capirote
ocupando impunemente
las calles llenas de gente.
Sólo sé que el pobre lego
tomó las de Villadiego
y, pese a ser militar,
le oyeron todos gritar:
«¡El Ku Kux Klan está aquí!
Con estos ojos lo he visto.
¡Primero matan a Cristo
y ahora vienen a por mí!».
Menudo susto se llevó el gringo. Saludos.
ResponderEliminarEs lo que tiene no conocer las culturas importantes y antiguas.
EliminarNo era para menos.
ResponderEliminarEra, creo, para más.
EliminarSi es que para el que no esté preparado, es todo un impacto.
ResponderEliminarUn equívoco que da para mucho.
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