Uno de mis autores sagrados es Enrique Jardel Poncela. Sus relatos y teatro son lo más ingenioso y divertido que se ha escrito en los últimos tres siglos. Aquí, sin embargo, traigo a colación un poema suyo serio, en que muestra su vena más trascendente. Su título es La vida:
Por lo breve es... el tiempo de un respiro;
un relámpago; el cruce de una estrella;
un parpadeo; un goce; una centella;
una germinación; un beso; un tiro;
un do de pecho; un brindis; un suspiro;
una flor en un búcaro; una huella;
una amistad; lo bello de una bella;
una promesa; un éxito; un ¡te admiro!;
un convertirse en público un secreto;
un pasar de cadáver a esqueleto;
un naufragio; una rúbrica; una bruma;
un rubor; un crepúsculo; un asueto;
un eclipse; una boda; un sí; una espuma;
un amor; una dicha... y un soneto.
La vida es muy breve y hay que amarla. Precioso poema.
ResponderEliminarBreve como un relato breve.
EliminarCasi se lee como la letra de una canción de Sabina. Saludos.
ResponderEliminarSabina es muy dado al recurso de la enumeración. Saludos y buen finde.
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