domingo, 14 de diciembre de 2014

Todo es relativo

He sorprendido en este alacrán de Chis cierta envidia —sana, eso sí— de un animal con mucha menos chicha como es la ostra, cuyas excrecencias han llenado los joyeros de tantas y tantas mujeres:

Cuando una ostra ve un collar
de perlas, piensa: ―Ni harta
de vino o plancton de mar,
me colgaba yo una sarta
de heces de hombre en mi espaldar.



4 comentarios:

  1. Los humanos somos muuuuyyyy raritos. Ajajaja

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    1. ¿Y quién sería el primero en atreverse a probar algo así? Un muerto de hambre, seguro.

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  2. Y no hablemos del caviar.....puajjjjjj...

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