La siguiente anécdota de Chis demuestra cómo el exceso de virtud se convierte en vicio:
A un gandul trasnochador,
licenciado en la bartola
y en la terapia española
de la siesta al por mayor,
dijo el padre con furor:
—¿Por qué no vas, malcriado,
a ganarte algún bocado
con el sudor de tu frente?
Y él repuso dignamente:
—Porque soy muy aseado.
Gandul,trasnochador y contestón,¡menuda joya! Ajajajaja
ResponderEliminarUn diamante en bruto, pero sin el diamante.
Eliminar¡Vaya morrrrrrrroooooo!
ResponderEliminarLos hay que se lo montan muy bien.
EliminarEstos son los famosos ninis....vaya perlas nos quedan por futuro...
ResponderEliminar¡Menudas perlas, y no las del sudor precisamente!
EliminarEs que la educación de los hijos es una tarea harto difícil y en la que no puedes bajar la guardia ni un momento porque se cuelan por ahí los demonios.
ResponderEliminarayer en la puerta del Insti le decía una niña crecidita a su madre "payasa" porque no la dejaba ir no se dónde... miedo me da.
El camino que ha recorrido esa niña desde niña hasta adolescente es de una escasa sensación de castigo, y seguro que cuando era muy chica, llamó a su madre payaso y, en vez de partirle la boca, le rieron la gracia.
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