Tan espirituales somos, tan desasidos estamos de nuestra mamífera naturaleza, que ya reputamos por grosero percibir el olor corporal de los otros, cuando tal tufo constituye entre el resto de mamíferos uno de los deleites más inefables. Habla Filosón:
En este siglo de higiene
en que hemos entrado a saco
con el hedor que proviene
de la piel, la peste aún tiene
un reducto en el sobaco.
Pues el que huela será porque quiere, ya que hay infinidad de productos desodorantes...sin alcohol, que no manchan, antitranspirantes, invisibles, white, para él, para ella, para ambos (unisex), para deportistas, 24 horas, con frescor, con olores mil (romero, olivo, lavanda, limán, etc...), para pieles sensibles, para pieles secas, naturales, multi-activo, con vaporizador, con roll-on, etc. etc. etc....
ResponderEliminar¡Qué barbaridad, José! Si algún día te faltara el trabajo (Dios no lo quiera), el sector cosmético y de aseo personal te esperará con avidez.
EliminarPor Dios,es abrumador!!!! Ajajaja
EliminarPues eso de los olores es muy importante porque que se te acerque alguien oliendo a zorruno o a pues es muy pero que muy desagradable,y lo digo por cercana experiencia en un aula de 2º ESO, buaaaaa
ResponderEliminarO entrar en un aula de 2º de ESO después de que hayan tenido Educación Física a finales de mayo.
EliminarEn habiendo olores buenos ¿quién quiere lo malos?
ResponderEliminarUna verdad como un templo.
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