El feminismo mal entendido ha desterrado de nuestra sociedad la cortesía y la caballerosidad. Mi mujer (a quien, con la excusa de este alacrán, deseo el más feliz de los cumpleaños) y yo nos subimos un día a un autobús. Estaban todos los sitios ocupados. La pobre iba con una barriga de ocho meses y nadie, NADIE, hizo el más ligero amago de ofrecerle un asiento. Tanta descortesía ha obligado a poner en los autobuses asientos reservados para ancianos y embarazadas. ¿Con qué ojos de espanto nos mirará la posteridad? Según los historiadores, las leyes de una época señalan los vicios y los fallos de dicha época. De ahí el siguiente elogio de Filosón:
Quien deja pasar primero
o da su asiento a una dama,
no se llama caballero,
sino héroe de honra y fama.
Gracias por mi felicitación,amor. Y respecto a tu alacrán de hoy te diré que lo que se ha perdido no es la caballerosidad,es la educación,porque lo mismo hombres que mujeres se hacen los ciegos y sordos a te estas situaciones. Menos mal que siempre queda alguien que cede su sitio a un anciano cuando lo necesita,y que nos permite seguir creyendo en la humanidad.
ResponderEliminarLas dos especies están en vías de extinción: caballeros y educados. Antes enseñaban educación a los hijos los padres: ahora es la tele... ¡Qué buena maestra!
EliminarPor cierto,el dibujo de hoy es acertadísimo!!!
ResponderEliminarLo primero es desear un muy feliz cumpleaños a mi cordobesa favorita y desearte que cumplas muuuuuchos más....Guapaaaa.
ResponderEliminarLo segundo es mi conformidad con todo lo que has dicho. Tienes toda la razón ante la juventud que ya tenemos, incluso estoy más de acuerdo con Susana en que no es caballerosidad sino educación, cosa que falta y mucha en esta sociedad en la que vivimos.... Yo sin ir más lejos he podido vivir en estos días de Semana Santa estos hechos en el autobús, al comprobar como iban llenos hasta más no poder para llevarnos a ver los cortejos procesionales y los más jóvenes no eran capaces de levantarse y ceder sus asientos a decenas de personas mayores que casi no podían ni sujetarse.... Era un espanto...Eso sí, con sus móviles no paraban de escribir y escuchar música... Me ponía enfermo de ver tal educación. Y si encima te dar por decir algo tienes toda la probabilidad de que salgas esquilmado....Que pena de sociedad... Ahora que mi hija con 8 años sabe desde ya que cuando llegue un abuelito o abuelita o una mamá embarazada tiene que dejar su asiento y cedérselo y es la más feliz del mundo cuando lo hace...Que orgullo de niña, de verdad....
Niñas como la tuya, José, han sido educadas por sus padres, no por la televisión. Tu descripción del autobús es de lo más realista: muchos van entre la gente, pero en realidad son títeres atados a un móvil, incapaces de oír y ver a su alrededor. Dentro de pocos años veremos centros de desintoxicación smartphónica.
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