Alacrante tiene un aguijón muy venenoso, quizá más que el de Ponzoñón. El tósigo que le rebosa en el aguijón lo destina a tipos sociales, preferentemente profesiones. Así que cuando te pique a ti en concreto, perdónalo en pago de lo que disfrutaste con la picadura ajena.
―¿Existe nomenclatura
que te provoque más pánico
que un doctor cuando procura
explicarte una malura?
―Sí, señor: la de un mecánico.
¡Y la de un pedagogo!
ResponderEliminarSalu2.
La de un pedagogo es ya algo tan inextricable como el sánscrito.
EliminarY que me dices de los políticos....
ResponderEliminar¿De los políticos? ¿De esos maestros en el arte de decir Diego donde dijeron digo? También habrá aguijones para ellos.
Eliminar¡Qué bueno !Dani,consigues arrancarme una sonrisa cada vez que te leo,sigue así de prolífico.Muchas Gracias.
ResponderEliminar¡Cuánto me alegro, Ana! Espero tener bastantes reservas del veneno de la risa, un caldo generoso y de buena crianza, y que brindes a mi salud cada vez que los pruebes. ¡Gracias a ti!
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