Ponzoñón alimenta cierta desconfianza hacia los teléfonos, ya sean móviles, ya sean inmóviles. Mirad no os suene el teléfono mientras probáis su aguijón de hoy:
¡Ay! La mala educación
irrumpe hoy cada vez
que un teléfono soez
corta la conversación.
¿Y no vivíamos mejor antes sin ellos?...Ahora somos sus esclavos y si se nos olvida parece como si nos faltara el alma, y lo peor es que volvemos a por ellos...Y para colmo, estamos controlados en todo momento por nuestros jefes...Pero también tienen muchas virtudes, que no quiero parecerme a nuestro amigo Ponzoñón...jejeje.
ResponderEliminarEs verdad, José, que parece que nos pega un pellizco el corazón el día que salimos sin el móvil, peor que si saliéramos sin llaves. Y es cierto también tiene cosas buenas que Ponzoñón no ve, pero los otros alacranes, sí, descuida.
EliminarEsto, eh, iba a decirte, Daniel, que...
ResponderEliminarUf, perdona, que me mandan un guasas, un segundín, eh.
Vale, ya, lo que te iba diciendo, joder, espera, que me llaman al móvil.
¿Qué te estaba diciendo, que no me acuerdo? Ah, sí, claro, es lo mejor pero si tú... Releches, disculpa un momento, que tengo otro guasas.
Pi pi pi piiiii pi - pi pi pi piiiiiii pi -
¡Pues desconéctalo, pardiez, Diego, que te leo entrecortado y tengo gente al otro lado de la línea!
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