Otro aguijón de Ponzoñón, uno de mis alacranes más venenosos y malintencionados. Prevenid la piel ante sus palabras, porque aunque no sean sosas, sí son muy cáusticas. He aquí una de sus canalladas:
No hay nada como llegar
al fin de una cola ingente
y con desprecio mirar
hacia atrás por ver la gente
que se acaba de agregar.
Mal de muchos...
ResponderEliminarSalu2.
Así de tontos somos los miembros de la especie humana. Por cierto, todavía recuerdo la amabilísima y estupenda reseña que hiciste de Videojugarse la vida en Amazon. Salu3 (lo del 3 es por variar).
EliminarDaniel:
ResponderEliminarLos únicos videojuegos que he practicado son el tetris y ése de la culebra, y hace siglos que ya no los tengo, pero tu libro es divertido y me lo leí plácidamente.
Salu2.
Yo sí he pecado con otros videojuegos, aunque ya me tengo por rehabilitado. Mirado por el lado bueno, ese vicio parió un libro. Un gran saludo.
EliminarHe de confesarlo.... yo también he hecho lo de la cola y encima me ha gustado, jajaja. Un saludo. Un magnífico blog.
ResponderEliminarGracias, José, me alegro mucho. Esa pamplina la hacemos todos, supongo, pero ¡da un gustirrinín y una satisfacción interior...! Eso es que somos malos. 😈 Un saludo.
ResponderEliminarMalísimos. ..jejeje
ResponderEliminarCon los teléfonos móviles ha cambiado mucho eso,ahora ya no miramos para adelante ni para detrás sino hacia abajo( hacia nuestra pantallita)jeje.
ResponderEliminarTienes razón: ahora vamos inmersos en nuestra burbuja particular y no vemos más allá (para eso habrá también alacrán).
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