Mis alacranes, amantes de la concisión y la brevedad, odian a muerte los sesquipedalismos, a los que dedicaron un viejo aguijón sonetil. ¿Por qué decir culpabilizar pudiendo decir culpar? ¿Por qué compatibilizar en vez de compaginar? ¿Por qué durabilidad y no duración? ¿Por qué gravitacional en vez de gravitatorio? ¿Por qué negatividad y no pesimismo? ¿Por qué concretizar y no concretar? ¿Por qué honorabilidad (este palabra les llena la boca a los políticos) y no honor? ¿Por qué influenciar y no influir? ¿Por qué credibilidad y no crédito? ¿Por qué obligatoriedad y no obligación? ¿Por qué funcionalidad y no función? ¿Por qué contabilizar y no contar? ¡Ah, bueno! Viperino ha encontrado una excepción, el buen sesquipedalismo:
Lo único bueno que le veo al término
retransinstitucionalización
es que, debidamente pronunciado,
es un endecasílabo perfecto.
El número de tontos del haba/habla aumenta con "alarmacidad".
ResponderEliminar¡Cuánta razonabilidad tienes!
EliminarOlé. ¿Y por qué grandiosidad y no grandeza, o majestuosidad y no majestad?
ResponderEliminarLos apuntamos a la lista de vocabula purganda.
EliminarMe he dado cuenta que no sabemos hablar...que negatividad. ¿A quién tenemos que culpabilizar por ponerse en entredicho nuestra honorabilidad?.
ResponderEliminarA la lingüisticidad de hoy en día.
EliminarSólo se me ocurre una palabra que decir: ¡SUPERCALIFRAGILISTICUESPIALIDOSO!
ResponderEliminarPero esa es mágica. Casi casi tiene razón un alumno mío con quien me he reído hoy cuando ha dicho que existían palabras hectosílabas.
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