miércoles, 30 de marzo de 2016

Palabros

Mis alacranes, amantes de la concisión y la brevedad, odian a muerte los sesquipedalismos, a los que dedicaron un viejo aguijón sonetil. ¿Por qué decir culpabilizar pudiendo decir culpar? ¿Por qué compatibilizar en vez de compaginar? ¿Por qué durabilidad y no duración? ¿Por qué gravitacional en vez de gravitatorio? ¿Por qué negatividad y no pesimismo? ¿Por qué concretizar  y no concretar? ¿Por qué honorabilidad (este palabra les llena la boca a los políticos) y  no honor? ¿Por qué influenciar y no influir? ¿Por qué credibilidad y no crédito? ¿Por qué obligatoriedad y no obligación? ¿Por qué funcionalidad y no función? ¿Por qué contabilizar y no contar? ¡Ah, bueno! Viperino ha encontrado una excepción, el buen sesquipedalismo:

Lo único bueno que le veo al término
retransinstitucionalización
es que, debidamente pronunciado,
es un endecasílabo perfecto.


8 comentarios:

  1. El número de tontos del haba/habla aumenta con "alarmacidad".

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  2. Olé. ¿Y por qué grandiosidad y no grandeza, o majestuosidad y no majestad?

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  3. Me he dado cuenta que no sabemos hablar...que negatividad. ¿A quién tenemos que culpabilizar por ponerse en entredicho nuestra honorabilidad?.

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  4. Sólo se me ocurre una palabra que decir: ¡SUPERCALIFRAGILISTICUESPIALIDOSO!

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    1. Pero esa es mágica. Casi casi tiene razón un alumno mío con quien me he reído hoy cuando ha dicho que existían palabras hectosílabas.

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