Escorporal, siempre atento a tendencias, nos da cuenta hoy de la moda de raparse la cabeza, que en la mayoría de los varones esconde o patentiza la desdicha de una calvicie inexorable:
El día en que vi diezmada
mi melena ayer frondosa,
dejé mi testa rapada
y, como un Borgia en la losa,
dije al fin: O todo o nada.
Quién nos iba a decir a los 18 años que íbamos a acabar con más pelos en el pecho que en la cabeza.
ResponderEliminarE incluso más en las orejas y en las narices.
Eliminar¡Y nunca pasas desapercibido!
ResponderEliminarLas cabezas brillantes nunca pueden pasar desapercibidas.
EliminarYo también estoy por meterme la máquina...Saludos
ResponderEliminarYo también estoy a un tris de una medida drástica.
Eliminaryo ya lo hice y no me arrepiento
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