Espero que esto que relata Chis no haya sucedido nunca en ningún quirófano:
A un cardiólogo su amante
enfermera le pedía
durante una cirugía
pruebas de amor más constante,
cuando en medio del trasplante
y persuadiéndola en vano,
dijo el pobre cirujano
con el órgano en la palma:
—Pero ¿no me ves, mi alma,
el corazón en la mano?
La realidad siempre supera a la ficción...Saludos
ResponderEliminarMe temo que sí. Saludos descorazonados.
EliminarMenos mal que no le pidió que fuera "todo oídos". Se habría convertido en una oreja gigante...
ResponderEliminarO hubiera tenido que desorejar al paciente.
EliminarEs lo que pasa por tener amantes. Complicarse la vida.
ResponderEliminarYo,lo que espero es no ser nunca el de la camilla.
Eliminar