Candidalgia nos trae en un dedal la quintaesencia de un soneto minimalista. Que yo sepa, se inventaron en su día los sonetillos (sonetos octosílabos) y los sonetos alejandrinos. No sé si mis alacranes lo han fundado, pero hoy expongo el soneto de tres sílabas:
Tu aliento
me trajo
debajo
del viento
tu leve
sonrisa,
tu brisa
de nieve.
Te sigo,
te llamo,
y, amigo,
proclamo
contigo:
«Te amo».
Precisamente ayer leí el soneto de Manuel Machado, el de verano, trisílabo también. Qué mérito tiene hacer algo con sentido y bonito. Gracias
ResponderEliminarNo sabía que Machado hubiera escrito uno. Nihil novum sub sole.
EliminarAunque parezca más fácil es mucho más difícil de hacer.
ResponderEliminarPues sí, se suda lo suyo.
EliminarPara mí todo esto es digno de admiración, porque a lo máximo que llego es a hacer pareados del tipo:
ResponderEliminarhabía un tipo llamado Diego
que de cerveza iba ciego,
jajajaja.
Salu2 admirativos.
De todos modos, en los pareados más sencillos puede residir la genialidad.
Eliminar¡Excelente! Ya de por sí es difícil cumplir con la estructura, y si además logras expresividad, ¡¡uff!!
ResponderEliminarLa rima sería ABBA CDDC EBE BEB, ¿cierto?