Candidalgia defiende los beneficios terapéuticos que reporta la contemplación de algo hermoso:
Sin rumbo por las calles,
lloraba un joven;
vio una iglesia hermosísima
y sonrióse.
Para la pena
no hay consuelo más dulce
que la Belleza.
Lo hermoso y bello alegra cualquier corazón.
ResponderEliminarQue se lo recuerden a muchos arquitectos de hoy.
EliminarLa belleza sólo es comparable a la inmensidad. Saludos.
ResponderEliminarAmbos son igual de inexplicables.
EliminarUna dosis de belleza nunca viene mal, aunque hay que llevar cuidado con los excesos, no nos pase lo que a Sthendal.
ResponderEliminarTambién nos puede pasar lo que a Claudel, que entró en Nôtre Dame ateo y salió católico convencido.
EliminarA mí la belleza me asombra,pero no me hace sonreir si estoy triste. Sin embargo me ayuda mucho una sonrisa sincera,como la de un niño
ResponderEliminarSiempre es más poderoso el hombre que los objetos.
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