En compensación por el día en blanco de ayer, mis alacranes nos regalan una fabulita firmada por Alacrón:
Cuatro flautas traveseras
estaban acomplejadas
por su extrema delgadez
y por su voz aflautada.
«Formemos ―propone una―
una orquestina de cámara,
y así daremos la nota
con gravedad y elegancia».
Dicho y hecho. Cuando alguna
de las tiples se aprestaba
a cantar, las otras tres
la secundaban sin falta,
la fe puesta en que su entente
fundiese en una sus tráqueas
que emitiese un son más grave,
y para hacer una masa
que juntara sus flacuras
en un talle con más grasa.
Un día un contrafagot,
con timbre de grave escala,
tras oír el conciertillo,
se mofó así de las flautas:
«Vuestros pitos superpuestos,
lejos de daros templanza,
tienen el aire chillón
de un cuarteto de chicharras.
Y al ver que unís en gavillas
vuestras cinturas de paja,
se me antojáis caramillo
de afilador. ¡Qué comparsa!».
Una idiotez que corean
cien mil idiotas no gana
el prestigio de verdad,
que el privilegio de sabia
no se consigue por muchos
pitos y flautas que haya.
Esto se puede añadir a otros campos como el de los perro flautas. Por mucho que coreen cien mil idiotas.....
ResponderEliminar¡Qué atinado y qué oportunísimo comentario!
EliminarEntre pitos y flautas, se me fue la música al cielo.
ResponderEliminarMejor me iré con la música a otra parte.
EliminarEso también se puede añadir a otros campos como el de los corruptos. Por mucho que los voten siguen siendo unos corruptos. Saludos.
ResponderEliminarLa fábula es aplicable a todo género de asociaciones viciosas.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGrandísima verdad la de hoy,por mucho que se repita mil veces algo no va a convertirse en cierto,¡ni siquiera porque lo digan en la tele!
ResponderEliminarLo de haberlo visto en la tele, además, ha sustituido al Aristóteles dixit medieval.
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