¿Y qué se hace con el escorpión para que de resultado, se come? No me tomes en consideración mis bromas, me encanta tu blog y por eso estoy aquí. Es muy especial.
Todo cuanto nace muere. Aunque yo creo que nada nace ni nada muere sino que todo se transforma y que TODO es uno y lo mismo. Por eso no tengo miedo, aunque un poquillo sí. ¿Y si no llevo razón?
Muy bueno en esta mañanita de Abril que tan bien luce.
ResponderEliminarSe agradecen alabanzas mañaneras.
EliminarY a mi me gusta darlas. Alegran el día.
EliminarMejor que un despertador, son.
Eliminar¿Escorpicultor? ¿Y se gana uno bien la vida con eso?
ResponderEliminarYo soy Escorpio, ¿Y Tu?
Se cosechan más que nada amargores y acritudes, pero como soy Libra, no suelen desequilibrarme demasiado.
Eliminar¿Y qué se hace con el escorpión para que de resultado, se come?
EliminarNo me tomes en consideración mis bromas, me encanta tu blog y por eso estoy aquí.
Es muy especial.
No sabes cuánto me alegra oír eso. Anima a seguir envenenando, que ya van más de quinientos aguijones y se nota el cansancio.
EliminarLa vida es una gran paradoja.
ResponderEliminar¿Y qué me dices de la muerte? ¡Esa es la gran paradoja!
EliminarTodo cuanto nace muere.
EliminarAunque yo creo que nada nace ni nada muere sino que todo se transforma y que TODO es uno y lo mismo. Por eso no tengo miedo, aunque un poquillo sí. ¿Y si no llevo razón?
Llevas razón, aunque yo discrepo en el panteísmo. De todos modos, es más ventajoso tener razón según el tricentésimo octogésimo octavo alacrán:
EliminarLo peor de ser ateo
es que, ya en el panteón,
si era cierta su opinión,
no disfruta del trofeo
de decir con regodeo:
«¿Lo veis? Tenía razón».
Al menos se acordó de para qué puso la alarma. Yo a veces me cambio el reloj de mano para recordar algo y luego no me acuerdo de para qué :o(
ResponderEliminarPor eso, personalmente, yo prefiero los recordatorios epidérmicos, esto es, los que se escriben en la mano a boli azul.
EliminarSé de alguien que ponía la alarma temprano los fines de semana para darse el gustazo de mandar el despertador a la porra y seguir durmiendo.
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