Ponzoñón me ha hecho una observación sobre el oficio del docente que me ha llenado de inquietud:
¿No siente inquietud o apuro
el maestro cuando piensa
que en sus niños se condensa
la sociedad del futuro?
Allí, en cada rostro puro,
están ya, junto al doctor
y el albañil y el tenor,
el fraguado paulatino
del ladrón, el asesino
y el futuro violador.
Madre mía. Si lo miras desde ese punto de vista es para sentir muchísima inquietud...
ResponderEliminarBueno, pero no eso lo que uno piensa al dar clases. Piensa en que todos podrían ser Einstein.
Eliminar¿¡¿Cómo se te ocurre pensar así,hombre?!? ¿De veras te crees que alguno de tus alumnos va a ser doctor? :' (
ResponderEliminarTú réplica es mejor que mi alacrán. Me has dejado a cuadros.
Eliminar¡Exagerado!
EliminarEn absoluto.
EliminarLo mismo pensarían nuestros maestros de nosotros...
ResponderEliminar¿Y acertarían?
Eliminar¡a la vista está, jajaja!
ResponderEliminarAcertarían en el buen sentido, hombre.
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