Este aguijón no escuece. Lo han elaborado todos mis alacranes en buena paz y compaña. Está dedicado al escritor que, habiendo pasado cinco años de dolorosa esclavitud en Argel, vio convertida su obra literaria en la cima inigualable de nuestra prosa, y en algo que legitima, más que mucha política y mucha historia, nuestro orgullo como españoles:
Si por una anacronía
me trasladara algún día
cuatrocientos años antes,
cuando Miguel de Cervantes
era esclavo en Berbería,
le hubiera dicho: «Miguel,
¿tú ves el lucero aquel
que, entre luces amarillas,
nos envía su oropel
más allá de las Cabrillas?
Pues en un futuro, el hombre
mirará por una lente
y en Oriente y Occidente
bautizarán con tu nombre
esa estrella refulgente.
Y en torno al brillante islote,
cuatro planetas en dote
irán a lo largo y ancho:
serán Rocinante, Sancho,
Dulcinea y Don Quijote».
¿Qué diría en sus querellas
y en tantas tribulaciones
el autor de obras tan bellas
al ver que sus creaciones
se convierten en estrellas?
Nuestro mejor representante de las letras españolas. Ese gran novelista, soldado, contable, poeta y dramaturgo. Conocido en el mundo entero con lo que es el mejor embajador de España. Todo guiri que se precie dirá...olé y Quijote.
ResponderEliminarAnte ese grandísimo personaje yo me quito el sombrero.
Me ha gustado eso de contable: ¡la de disgustos que le dio ser cobrador de impuestos!
EliminarAsí habría que rebautizar a todos los planetas del sistema solar.
ResponderEliminarEn el Quijote soben nombres para el Sistema Solar y siete como ese.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSeguro que Cervantes te habría dicho que estabas peor que su hidalgo señor Don Quijote,y quien sabe,igusl te habría incluido en su obra luchando frente a él,o mejor,a su lado
ResponderEliminar¡Cómo me hubiera gustado eso! Cabalgar junto a don Quijote desfaciendo entuertos.
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